Los pepinos es una planta trepadora que les gustas enramarse si poseen tutores o extenderse a ras de suelo cuando no disponen de ellos. Es una planta muy delicada ya que si pisamos alguna de sus hojas produciremos que el pepino amargue, por lo que es recomendable colocarlos en un lugar del huerto donde transitemos únicamente a la hora de recolectar los frutos.
En el verano de 2012 opté por realizar la siembra en el borde exterior de un surco para dejar que se extendiera libremente a ras de suelo. De los 10 plantones que sembré solo 2 consiguieron desarrollarse. Entre los principales problemas a destacar estaba el suelo con una alta concentración de piedras y muy compactado por lo que por mucho que regara los plantones el agua se iba rápidamente, este efecto acabó con 5 plantones. Las raíces no pueden extenderse libremente y terminaron por secarse.
Pepinos verano 2012 |
De los 5 restante 3 fueron atacados por la avifauna. De los dos que quedaron, la producción de pepinos fue muy escasa. Un factor que no tuve en cuenta fue la disponibilidad de espacio necesario para el buen desarrollo de las plantas al igual que el lugar escogido debido a que esta zona es acceso a las compostera y las planteras. Aunque tuve cuidado de no pisarlas, los pepinos empezaron a amargar, lo que me ha llevado este año a replantear la situación.
Para comenzar he realizado las tareas preparatorias del suelo, es decir, desbrozado, y estercolado con estiércol de caballo y pase 2 pases cruzado con la moto azada (1+1) para intercalar bien el estiércol en el suelo. Como he comentado en otros post, voy poco a poco extrayendo la pedregosidad del suelo lo que por un lado estoy disminuyendo la aglomeración y los efectos que puedan producir sobre el normal desarrollo de los plantones.
Aunque para reducir el efecto arcilloso del suelo debería aplicar arena y remezclar bien, es un proceso caro, lo cual lo evito y dejo que poco a poco se alcance el equilibrio de forma natural con abonados sucesivos y escardas en las zonas próximas a los plantones.
Teniendo en cuenta que el cultivo de los pepino es similar al de los calabacines y melones y las plantas llevan el mismo patrón de crecimiento, en la presente campaña ha optado por realizar un encañado de estos. Para ello me he valido de palos de escobón viejos, trozos de tubo y algunas cañas (estos materiales han sido reciclados y los he ido recolectando a lo largo del año, generalmente es mejor usar cañas porque son más ligeras) para realizar el encañado. Los he ido colocando a modo de tienda de campaña, en un lugar bien soleado y poco transito, de esta forma evito el poder pisarlos.
Con este propósito trato de reducir los efectos negativos del la campaña anterior como es la compactación del suelo y el transito por esta zona. Además con el encañado los separo del suelo para evitar el ataque de hongos y que el fruto se pudra. Como único inconveniente, si lo podemos llamar así es que hay que ir dirigiéndolo a medida que crecen. El marco de plantación usado es separar los plantones uno de otro 50 centímetros bordeando el surco para que estén lo más próximo a la fuente de agua.
Solo me cabe esperar como se va desarrollando el proceso. Como ocurrió el año pasado en los pepinos y calabacín, es muy probable que aparezca oídio en las hojas, es un como un polvillo blanquecino sobre el haz de estas que podemos controlar con azufre, espolvoreando por encima, a los pocos días veremos como va desapareciendo. También debemos tener en cuenta a medida que crezcan las plantas, ir eliminando aquellas hojas secas para evitar la aparición de insectos y hongos.
La recolección la realizaremos una vez estén bien desarrollados y antes de que estén completamente formado y amarilleando, ya que cuando comienzan a producir semillas la mata paraliza su desarrollo y disminuye en gran medida la formación de nuevas flores. Esto será aplicable al resto de plantas hortícolas.
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