Con la llegada del buen tiempo, lo que menos nos apetece es comer comidas muy copiosas y que nos llevemos todo el día haciendo la digestión. Es por ello que aquí os propongo un plata muy sencillo de preparar que nos dejará muy saciados pero no con pesadez de estomago. Además de venirnos muy bien porque como es natural en estos casos, bajo buenas condiciones meteorológicas y buen suelo, nos vamos a hartar de recoger calabacines.
Ingredientes:
1 calabacín. (depende de los comensales y del tamaño de los calabacines).
Harina.
Sal.
Aceite.
Procedimiento:
Se lava el calabacín/es y se corta en rodajas finas y sin pelar.
Una vez cortado se aplica la sal (al gusto) y se cubren de harina.
Posteriormente se fríen en aceite hasta que se doren.
El exceso de aceite se elimina con una servilleta puesta en la base del plato.
Como verán es muy sencillo y rápido. Eso sí, hay que tener cuidado que de lo rico que están, uno se engancha.
Bon appetit
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