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sábado, 2 de marzo de 2013

Horno solar

Horno solar.

Mi padre con el horno solar
En el siguiente post voy a explicar como podemos hacer nuestro propio horno solar de una forma fácil y rápida a la vez que efectiva.
 
Desde hace unos días me he estado planteando el realizar una nueva tareas que, aunque no tengan mucha relación con el huerto ecológico, resulta útil a la hora de que queramos cocinar nuestros productos obtenidos en el huerto de una forma ecológica fácil y barata.
 
Me ha resultado muy llamativo esto de poder hacer nuestros propios elementos naturales para mejorar tanto las condiciones del huero como de mejorar el medio ambiente además de poder autoabastecernos.
 
El pasado fin de semana estuve con mi amigo viendo su huerto, compostera, planteras y el horno que el había hecho con paciencia y mucha ilusión, y me llamó mucho la atención como un aparato hecho prácticamente de cartón y papel aluminizado podría servir para cocinar usando simplemente la energía solar.
 
Así que después de ver aquello, esta semana me he planteado el hacer una nueva actividad, por ello, me he puesto manos a la obra para hacer mi propio horno solar. Tras dos días recaudando cajas de cartón de los comercios de la zona y llenar mi pequeño laboratorio de este material, me puse a plantear tanto las dimensiones como la forma más sencillas de manejar y guardar cuando no lo utilice.
 
Para empezar necesitaremos dos cajas de cartón, una grande u otra más pequeña, de manera que podamos introducir la caja pequeña en la grande dejando un espacio entre ambas. Este hueco es el que va a formar la futura cámara de aire aislante.
 
En mi caso a partir de la caja grande he construido una más pequeña dejando unos cinco centímetros de separación entre cada cara de la caja ya que me ha resultado muy difícil el poder encontrar dos cajas con las dimensiones planteadas. Para hacer la caja me medido el interior de la caja grande de referencia y he cortado 2 + 2 caras de 5 cm más pequeñas y las he pegado con cinta de carrocero plastificada tanto por la parte externa como interna, lo mismo que la caja grande. Para la base de la caja pequeña he medido el exterior de la caja y he recortado el rectángulo realizando la misma operación de encintado tanto por el interior como por el exterior.
 
Respecto al tamaño de las cajas decir que mientras más grande sea la pequeña mejor cantidad de alimento podremos hacer, aunque eso sí, necesitaremos de más tiempo de espera para alcanzar la temperatura.
 
Las dimensiones que he buscado en mi caso han sido es de cuarenta por cincuenta centímetros y cuarenta centímetros de profundidad. Mi amigo por su lado hizo un horno de  una de treinta por cuarenta centímetros por cuarenta centímetros de profundidad y la verdad es que me comentó que ha llegado a alcanzar unos 130 ºC en día despejado y en pleno invierno, aunque se puede llegar a alcanzar los 180 ªC.
 
Volviendo al diseño del horno, la separación que hemos dejado entre cajas la vamos a ir rellenando de un elemento aislante, entre los que podemos utilizar están bien papel de periódicos que iremos haciendo bolas, trozos de papel en tiras o bien cartón troceado o en virutas, lo que nos resulte más sencillo conseguir.
Debemos evitar los aislantes químicos tales como el poliespuma, PVC o bolsas así como los aislantes de papel de bolitas de aire, ya que cuando el horno comienza ha alcanzar temperaturas elevadas podrían emitir vapores tóxicos que podrían afectar a los alimentos que vayamos a cocinar.
 
 Una vez que tengamos el hueco relleno lo sellaremos con otro trozo de cartón por la parte superior tapando todas las grietas y aristas de unión con cinta de carrocero plástica. Este va a presentar un aspecto de caja gruesa.
 
Finalizada esta tarea pasaremos a construir la tapadera del horno. Como ocurriese con las otras cajas, podemos buscar una tapadera que le venga bien o en mi caso hacerla con paciencia. De esta forma podemos garantizar que nos quede lo mas hermética posible.
 
Como anteriormente, debemos de cubrir con cinta plastificada cada una de las grietas de unión de la caja tanto de la parte interna como de la parte externa para poder hacerla lo más hermética posible y de esta forma mantener el calor dentro.
 
Una vez contruída nuestra tapadera, recortaremos el cuadro central de forma que dejemos un hueco del mismo tamaño que la caja pequeña.
 
En mi caso he medido el hueco interior  y he dibujado la anchura que debo recortar para dejar el agujero justo. Este hueco lo vamos a tapar posteriormente con un cristal. Esta será la ventana de entrada de luz dentro del horno que nos va a permitir aumentar la temperatura interior y por consiguiente poder cocinar en su interior.
 
Una vez tengamos la caja doble con la cámara aislante y su respectiva tapadera con el hueco pasaremos a colocar el papel aluminizado en las caras interiores de la caja interior. Estos van a actuar como espejos reflectates de la luz y en la base colocaremos una cartulina de color negros para que absorba mayor cantidad de radiación y por tanto poder alcanzar mayor temperatura.  
 
A medida que vayamos colocando el papel aluminizado en las caras interiores de la caja, debemos colocarlo lo mas liso posible evitando arrugas o roturas. esta tarea es la mas entretenida de todas. Para ello, podemos usar cola de carpintero o cola blanca.
 
Lo mismo realizaremos con la cartulina negra que situaremos en la base interna de la caja. En mi caso he ido colocando el papel aluminizado desde la base de la caja hacia la parte exterior, para ello por cada cara he realizado esta operación dos veces superponiendo el borde el papel aluminizado y ajusntándolo lo más posible el papel en las esquinas.
 
En un primer momento intenté cubrir las esquinas pero se me arrugaba el papel por lo que decidí, colocar una tira de unos cinco centímetros que abarcase esta zona, de esta forma podremos trabajar mejor manteniendo el papel lo más liso que sea posible.
 
Por último y no menos importante son las pantallas. Para ello con un trozo de cartón haremos  bien dos pantallas rectangulares que pueden estar unidas o separadas, ya esto será al gusto de cada uno, o bien tres pantallas, que colocaremos una a continuación de otra y que serán las que se orienten  hacia el sol actuando de reflectores de la luz hacia el interior.
 
 
 
 
En mi caso he hecho dos pantallas colocadas con un ángulo de 90º, una de mayor anchura que la otra y esta con dos hojales, uno a cada lado, movibles. esto va a cumplir una doble función, la primera como articulación para dirigir el flujo lumínico hacia dentro de la caja y la otra función como pie de apoyo de la caja. Cuanto más alta sea la pantalla mejor será, pero hay tenerla en cuenta a la hora de guardar el horno solar, así como la manipulación de estas y los efectos del viento que sobre ellas puedan producir. 

 
Como hiciéramos con el interior del horno, recubriremos las pantallas con papel aluminizado lo más liso posible para que reflejen la luz hacia el interior de la caja.
 
 
Volviendo con la tapadera del horno, sobre el hueco que recortamos colocaremos un cristal, comentar que mientras más grueso sea este mejor será, puesto que podremos alcanzar mayor temperatura, aunque con un cristal de unos cuatro milímetros será suficiente, aunque podremos colocar dos cristales superpuestos que sujetaremos a la tapadera por la parte interior con silicona que aplicaremos en un hilo grueso y continuo al rededor del hueco, no muy próximo a los bordes, para evitar que este se salga por los laterales.
 
Por último con cinta de carrocero plastificada sujetaremos el cristal a la caja, para poder corregir los pequeños porillos que se hayan podido generar y hacerla lo más hermético posible.
 
 
 

 
 

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